Sebastián Moreno Arte 

ES

El cuerpo es un territorio violado por fuerzas ajenas a él.

Su anhelo de ser lo que otros le imponen se refleja en su sufrimiento vagando por las regiones de la duda, la dislocación, la debilidad y la culpa.

En mis series pictóricas que van desde 1999 hasta la actualidad, no solo se expresan mis vivencias, sino también el diálogo que establezco con mi propio cuerpo: físico, erótico y sensible; así como con mi alma: rebelde, insegura, ardiente.

El arte no siempre se propone revelar quiénes somos y, sin embargo, es continuamente un reflejo de lo que nos mueve: lo que nos atrae o nos provoca, lo que nos conquista o nos pierde.

Para pintar he tenido, necesariamente, que amar, odiar, aprender y errar. Me he equivocado muchas veces, he probado la hiel y la he escupido en color. He vivido y por eso pinto. Estoy vivo y por eso creo que seguiré hablando desde mi pintura. Si quieres escucharme, verme, hablarme:

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El cuerpo es un territorio vulnerado por fuerzas que le son ajenas. Sus ansias de ser lo que otros le imponen se reflejan en su doliente divagar por las regiones de la duda, el desasosiego, la debilidad y la culpa.

En mis series pictóricas  que van de 1999 al presente, se expresan no solo mis experiencias vitales, sino también  el dialogo que entablo con mi propio cuerpo: físico, erótico  y sensitivo; así  como también  con mi alma rebelde, insegura, ardiente.
 

El arte no siempre se propone desvelar lo que somos y sin embargo es continuamente un reflejo de lo que nos mueve: de aquello que nos atrae o provoca, de lo que nos conquista o nos pierde. Para pintar he tenido -necesariamente- que amar, odiar, aprender y errar. El errado  muchas veces, he probado la hiel y la he escupido en colores.

He vivido y por eso pinto.
Estoy vivo y por ello creo que seguiré  hablando desde mi pintura.

Si quieres escucharme, verme, dialogar conmigo:

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